1 feb 2025

XANUR: "ÁNGEL CAÍDO"

     

Nuevamente, añadimos un nuevo tema musical a nuestro repertorio.

Os presentamos una "nueva" canción, incluida en el álbum "Somnis Electrònics(Tema nº4), compuesta, editada y producida por mi, inspirada en el relato Bíblico de La rebelión de Luzbel. 

Esperamos que os guste:











"La Rebelión del Luzbel (El Ángel Caído)

Al principio, en los albores de la creación, cuando el universo aún se vestía de luces y sombras, de entre todos los entes celestiales, hubo un ser que destacó sobre todos los demás; Luzbel, el Ángel de la Luz, cuyas alas brillaban como estrellas en la eterna noche.
Se erguía con una belleza y sabiduría inigualables. Su voz cantaba como la brisa que acaricia las flores en primavera. 
Sin embargo, en lo más profundo de su ser, se gestaba la minúscula llama de descontento, que murmuraba ideas de poder y libertad.

Luzbel sentía que la Alianza Divina le restringía. Oía las voces del cielo resonando con alabanzas hacia el Creador. Observaba cómo los humanos, seres frágiles e imperfectos, adoraban y eran protegidos por el Todopoderoso, mientras que él, el más luminoso de los Ángeles, vivía eclipsado bajo la pesada losa de la obediencia. La idea de un Dios distante y soberano, poco a poco comenzó a nublar su corazón, y el deseo de liberación se convirtió en su única verdad incuestionable.

Aquella rebelión comenzó con pequeños susurros, entre ángeles fieles que también comenzaron a cuestionar su lugar en el Reino Celestial. 
"¿Por qué debemos ser meros servidores de un Ser, que parece no compartir su Gloria con nosotros?", retumbaban sus palabras en la antesala de los Atrios del Cielo. 
Con cada aliento, tras cada rumor y a cada palabra, la discordia se afianzaba, sembrando la semilla de una sedición, que florecía con raíces profundas. Y así, progresivamente, la luz se tornó sin pretenderlo en tinieblas.

Una noche clara y estrellada, Luzbel se presentó ante sus Hermanos, armándolos 
con promesas de poder, soberanía e independencia. 
“¿Acaso no somos nosotros quienes mantenemos el equilibrio de todo el Universo?
¿Por qué no ser dueños de nuestro propio destino?, !Tomémoslo con nuestras propias manos!”, 
instigó con fervor. Fue entonces cuando el orgullo se transformó en ira divina y un soberbio grupo de ángeles decidió seguirle.

Sin embargo, el eco de la discordia llegó a oídos del Creador y viendo el caos, decidió actuar, y enfrentar la sedición con Compasión y Amor (profundo y desmesurado). Pero Luzbel, cegado por su orgullo, vio esto como debilidad.

Así fue como la antecámara del Paraíso se convirtió en el escenario de un conflicto inevitable. Una Gran Guerra se desató feroz en los Cielos. Clamor de alas y gritos resonaron en el Reino. Espadas refulgentes chocaban contra escudos tenebrosos, y el eco de la gran batalla resonaba a través de las Esferas Celestiales. El conflicto titánico entre el bien y el mal se extendía, en una la luchaba cruenta por dominar la Eternidad. 
Mientras tanto, Luzbel danzaba en el centro de la tempestad, como el emperador de una rebelión que lo estaba consumiendo. Su suerte estaba sellada.

Y el Creador, con un gesto de su mano, convocó a los Arcángeles sobre el campo de batalla, excelsos guerreros de la pureza, quienes descendieron como meteoros de justicia. Las fuerzas del bien se unieron para restaurar el equilibrio y poner fin a la insurrección.

La lucha prosiguió con ferocidad, pero la balanza se inclinaba con cada golpe de la espada en llamas de Michael, resonando como un trueno, mientras que la voz de Luzbel, antes melodiosa, se convertía en gritos y lamentos de desesperación. 
Finalmente, en un corto instante que se hizo eterno, los Ángeles leales derrotaron a los rebeldes, atrapando a Lucifer en la red de su propia ambición.

Luzbel fue arrojado con estrepito de los cielos. Las alas que antes deslumbraban se tornaron cenizas y cayó derrumbado en los abismos del destierro.
El vacío lo abrazó y su excelsa luz ya extinta, lo transfiguró en Lucifer, el Portador de la Oscuridad. 
En su caída, arrastro con él muchos Mundos y a aquellos que eligieron su lado, se sumieron en una cuarentena perpetua. Vio alejarse el paraíso, y comprendió que había perdido no solo su hogar, sino también su esencia divina. La perdición no era solo su condena; era el precio que tendría que pagar por haber pretendido la lujuria de poder.

Y así, en la vastedad del abismo infinito, Lucifer se convirtió en el Eterno Emperador de la Nada, prisionero de su propia rebelión, atrapado en su propia oscuridad, mientras que los Cielos recuperaban sin prisa, la armonía usurpada.
Desde las profundidades, su risa perversa resonaba amargamente, como el recordatorio de que hasta el Ángel más hermoso puede caer por su deseo desmedido. 

La lucha entre el bien y el mal continuaría, pero en esa batalla, el eco de su caída sería siempre un canto de advertencia para aquellos que se atrevan a desafiar la Luz".



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Nuestro agradecimiento especial al material gráfico de: Luis Quintero, Martin Sánchez, Tima Miroshnichenko, Oleg Gamulinskii, Nathan Baldwin, Boris Zaitsev, Engin Akytur, Artur Szczubelek, Kelly, Nang Kpa, Kadumago Clipe e Arte, Iceberg San y Kool Shooters, Photo By: Kaboompics.com.

Gracias especiales a las pinturas de :
Alexandre Cabanel "El Ángel Caído", "Fallen Angel", Peter Paul Rubens "San Miguel expulsando a Lucifer y los ángeles rebeldes", Gustave Doré "Lucifer el ángel caído", Ayami Kojima "RahXephon", Luan Nguyen "El castigo por alta traición" y "Fallen angel" Autor desconocido.

Y a la escultura de: Ricardo Bellver "Ángel Caído", en el Parque del Buen Retiro de Madrid.



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